Dunstanburgh Castle
Atracción | Alnwick | Inglaterra | Reino Unido
Arquitectura medieval en Gran Bretaña
El "Castillo de Dunstanburgh" cerca de Alnwick en Northumberland, Inglaterra, es una de las ruinas de castillos más impresionantes de Gran Bretaña y un fascinante testimonio de la arquitectura y la historia medieval. Esta majestuosa fortaleza se encuentra espectacularmente en un remoto acantilado de basalto en la costa del Mar del Norte y está rodeada de un paisaje salvaje e inmaculado que intensifica su aura mística. Hoy en día bajo el cuidado del National Trust y English Heritage, la ruina atrae a visitantes que desean experimentar tanto la belleza dramática del entorno como el pasado tumultuoso del castillo.
Ruinas de castillos junto al mar del Norte
La historia del Castillo de Dunstanburgh comienza en 1313, cuando el poderoso conde Thomas of Lancaster comenzó su construcción. Lancaster, uno de los barones más ricos e influyentes de Inglaterra, no solo quería crear una fortificación defensiva con el castillo, sino también un símbolo de su poder y resistencia contra el rey Edward II, con quien estaba en una feroz disputa. El lugar fue elegido estratégicamente: los altos acantilados y el mar proporcionaban protección natural en tres lados, mientras que una muralla masiva aseguraba el lado terrestre. Sin embargo, después de la derrota y ejecución de Lancaster en la Batalla de Boroughbridge en 1322, el castillo perdió su propósito original. Pasó a manos de la Corona y comenzó una historia turbulenta como base militar y luego como ruina.
Visitar el castillo de Dunstanburgh
Arquitectónicamente, el Castillo de Dunstanburgh era extraordinario para su época. La planta es enorme, ya que el castillo se extiende aproximadamente sobre 11 acres, y muestra una mezcla de funcionalidad militar y esplendor representativo. El vestigio más destacado es el imponente Gran Pórtico, una puerta de tres pisos con dos torres masivas que solían ser la entrada principal. Originalmente diseñado para impresionar, con salas de estar en la parte superior que se asemejaban más a un palacio que a una fortaleza. Los muros del castillo, algunos de los cuales aún tienen hasta nueve metros de altura, rodean un gran patio interior, mientras que torres más pequeñas como la Torre Lilburn en el suroeste proporcionaban protección adicional. La Torre Lilburn, nombrada en honor a un propietario posterior, ofrece hoy una de las mejores vistas de la costa y la ruina en sí.
Sitios históricos en Northumberland
En el siglo XIV, el castillo fue ampliado bajo John of Gaunt, el poderoso Duque de Lancaster. Gaunt, quien heredó el castillo, remodeló la puerta y reforzó las defensas para protegerlo contra los ataques escoceses, un riesgo constante en las turbulentas tierras fronterizas. Durante las Guerras de las Rosas en el siglo XV, Dunstanburgh desempeñó un papel crucial: en 1462 fue sitiado y gravemente dañado por los yorkistas, después de haber sido previamente ocupado por los lancastrianos. Los daños por fuego de cañón son visibles en las paredes escarpadas hasta el día de hoy. Después de este conflicto, el castillo perdió su importancia militar y gradualmente se deterioró, ya que nadie tenía los medios ni la voluntad de mantenerlo.
Naturaleza e historia combinadas
En el siglo XVI, la ruina fue utilizada parcialmente como refugio para contrabandistas y piratas, agregando otra capa a su atmósfera salvaje. En el siglo XIX, artistas románticos como J.M.W. Turner descubrieron la dramática belleza de Dunstanburgh, convirtiendo al castillo en un símbolo de la naturaleza salvaje e indomable. El National Trust asumió el cuidado en 1930, y desde entonces se han tomado medidas para estabilizar la estructura sin perder su carácter de ruina.
El paisaje alrededor del Castillo de Dunstanburgh es tan impresionante como el castillo en sí. El acceso se realiza a través de un sendero costero de aproximadamente dos kilómetros desde Craster, pasando por dunas cubiertas de hierba y la playa de Embleton Bay. Este paseo ofrece vistas espectaculares del castillo, que se destaca como una silueta contra el cielo, especialmente en tiempo tormentoso, cuando las olas chocan contra los acantilados. El entorno es un paraíso para los amantes de la naturaleza: las focas toman el sol en las rocas, y aves marinas como ostreros y cormoranes graznan sobre el agua. En primavera, las flores silvestres transforman los prados en un mar de colores, mientras que en invierno la ruina se sumerge en un paisaje árido y casi fantasmagórico.
El Castillo de Dunstanburgh está también lleno de leyendas. Una de las más conocidas cuenta la historia de Sir Guy, un caballero que buscaba refugio en una noche tormentosa y fue atraído a la fortaleza por una aparición, solo para encontrar a una princesa dormida a la que no pudo despertar. Estas historias, combinadas con la ubicación remota, han dado a la fortaleza un aura mística que sigue fascinando a los visitantes hasta el día de hoy.